Nunca llegué

a entender bien 

lo que tuvimos.

Lo único que tengo claro

es que aquello

que ella y yo hacíamos, 

aquello, 

era poesía. 

-Marwan-

Vuela.
Y nunca más volvió.
Puede que se confundiese con las nubes. O que los pájaros fueran más divertidos de lo que parecen, o que su libertad la atrajera, le diera envidia y decidiera quedarse.
El cielo siempre pareció el límite de muchas cosas para la gente que no se atrevía a volar.

Por fin me he dado cuenta, tenías razón. Es importante tener un sitio al que volver, un sitio al que llamar hogar. Y he descubierto que lo tengo, por mucho que creyese lo contrario. 

Gracias, por tratar de enseñarme algunas cosas importantes de la vida. 

Sigo madurando.

Tengo tantas ideas en la cabeza, y a la vez ninguna.

Son como olas.

Vienen y, cuando se van, no dejan nada.

Se llevan todas las palabras escritas en la arena, todos esos croquis que traté de realizar durante noches enteras en vela intentando aclarar mis ideas.

Porque la mar es libre.

No responde ante nadie.

Sigue su curso, sin importar lo que se lleve por delante.

Como la vida. 

A veces no sabes que hacer, no sabes si vas o vienes, no te sientes agusto, es como que no te ubicas, como que necesitas algo, pero a la vez lo quieres lejos de ti. Cuando no te entiendes ni tu, ¿cómo haces para que teentiedan los demás?

 

 

 

 

Eres como la luz que ilumina cada recodo de mi alma, que le da calor, luz, color, claridad. Eres la forma ordenadora del caos que reinaba en mi vida, en mi cabeza, en mi entorno, en todo. 

Cada pequeño paso que das es duro si sirve para alejarte de mi. 

No te vayas nunca. 

No me abandones.

Nunca.

Tal vez nada sea como pensamos. 

Tal vez nuestra visión subjetiva de la vida nos impida ver más allá de nuestra retina, y lo que apreciamos no sea más que una  ilusión optica, una mera imagen inventada por nuestra mente para hacer el mundo un poco menos duro, un poco menos cruel, un poco menos arisco. 

Cada vez que las manillas del reloj se paraban, ella recordaba lo sola que estaba. Y trataba de consolarse. 

Todo el mundo está solo dentro de si mismo, todos vinimos solos y nos iremos solos. Pensaba.

Pero eso no le servía. En el fondo le seguía echando de menos. Pese a lo mal que había acabado todo, lo seguía queriendo a su lado. Necesitaba no sentirse sola, necesitaba a alguien con quien compartir esa casa tan vacía que siempre había tenido el sitio idóneo para dos. 

Necesitaba a alguien que arreglara ese maldito reloj para que ella dejara de sentirse sola.

Más allá. Llévame más allá. Alejémonos de todo. Rápido. Que no les de tiempo a retenernos. Podemos ir a donde tu quieras. Cualquier parte., Pero lejos. Lejos de todo esto. Simplemente escoge. Pon un dedo en el globo terrestre y deja que la suerte decida por ti. Nos buscaremos la vida, no puede ser tan complicado. Veremos mundo, conoceremos gente, nos divertiremos. "Iremos como siempre a nuestra bola". Y seremos felices. Al fin y al cabo, ese es el fin de la vida, ¿no? Encontrar la felicidad, esté donde esté.

Se acabó el sueño. Vuelta a la realidad. Soñar despierta no vale, hay que seguir hacia adelante. Porque, algo bueno nos tendrá preparado el futuro, ¿no? Espero que exista realmente el destino.

Gritar hasta quedarnos sin voz, y saltar hasta morir de cansancio. 

Contar todas las estrellas del cielo, y vivir mil días como el de hoy.

Pero solo contigo

Solo

Si es a tu lado

Eres tanto

Que todo lo que no sea tenerte

Al final del día

No resulta

Suficiente.

-Sin Orificio de Salida-

Cada día un poco más.
Un poco más grandes,
Un poco más fuertes,
Un poco más juntos.
Cada vez más cerca.
Tanto
Que casi llegas a sentir como su corazón roza el tuyo.

Como si no hubiera un mañana, o como si nos hubieramos vuelto locos, o como si al segundo siguiente supieramos que nuestros corazones iban a detenerse. Ibamos corriendo, riendo, bailando, saltando, y eramos tan grandes... Tanto, que las ciudades más bonitas del mundo se nos quedaban siempre pequeñas. Pasabamos por París, o mejor, París pasaba por nosotros, su ambiente, sus gentes, todo en un instante. Roma, di belle Roma, absorbíamos a cada instante toda la belleza que pudiera tener. 

Eramos grandes, tan grandes... Enormes. Y nada podía con nosotros.

Todo esto soñabamos en la cafetería de la esquina un domingo cualquiera de invierno, y nos hacíamos sentir tan especiales que todo lo demás dejaba de ser importante. Como en nuestros sueños.

Te encargo un masaje diario para el resto de mi vida, ¿te parece bien? 

Pero por favor

No me falles 

Ni me faltes

Nunca.

Y estar entre sus brazos, apoyando la cabeza en su pecho, y sentir que has encontrado tu lugar en el mundo. Sentir que nada ni nadie puede hacer que eso se rompa. Que tu burbuja soñada se ha vuelto realidad sin que tu te dieras cuenta. Y soñar con pasar todos los dias de tu vida abrazada a él. Despertarte todas la mañanas a su lado. Preparar el café por la mañana, y chocarse en la cocina siempre con una sonrisa. Bailar sin venir a cuento, sin musica, en mitad de la calle. O en casa, simplemente porque te apetece estar más cerca. Todavía más. 

Bubu

Vives para sonreir. Para ser feliz. Y te encanta. Él es lo mejor que te ha pasado nunca. Y sigue a tu lado, más de un año después. Y te das cuenta de que todo es distinto. De que parece que las manecillas de reloj se han parado, aunque siguen avanzando. De que tu corazón parece haberse detenido en un estado de amor absoluto, que parece que no puede crecer más pero en realidad crece un poquito más cada día. Que parece que va a explotar, pero no explota. Que pensaste que nunca podrías sentir algo tan grande por alguien, pero aquí está. Alguien en quién confiar, a quién contarle absolutamente todo. Es como, como vivir en una burbuja. Como esos amores de película, con sus besos incluidos. Como..., como algo que no puede expresarse con palabras, porque es más grande incluso que éstas. Un te quiero, elevado al infinito. Infinito más uno. Que si no nunca me dejas ganarte. 

Bubu.